Paradas con historia

Es importante y hasta necesario, descifrar los sucesos que el tiempo va encadenando para ocasionar el origen de lo que conocemos: nombres, palabras, calles, costumbres, objetos… el asombro y la sorpresa nos llegan al conocer sus inicios, junto con la impresión de haber desvelado un enigma que ni siquiera nos habíamos planteado sobre algo cotidiano. Tan cotidiano, que pensábamos que había existido siempre.

El tiempo sucede como si fuesen las páginas de un libro, se va anteponiendo, la segunda página sobre la primera. Así sucesivamente, una página sobre otra, dificultándonos la visión de la anterior. Y a medida que se avanza, se van olvidando las primeras, ¡una pena! pues nos perdemos la intensidad de otras realidades que existieron.

A través de estos paseos históricos por Madrid, conoceremos esas circunstancias que han ido ocurriendo; iremos desvelando otras realidades, haciendo que se esfume la densa y opaca cortina de años, para esclarecer otros mundos que nos precedieron, en el mismo lugar, en el mismo espacio, pero en otro tiempo…

Los vestigios de aquellos años todavía es posible admirarlos en las calles, camuflados como huellas de aquel pasado que casi olvidamos que existió; encontramos edificios, restos de muralla, rótulos de comercios, fechas… Nos llegan desde muy lejos, cargados de vivencias. Solo podemos en ocasiones conocer una parte de su historia, la otra inevitablemente se pierde, como por el sumidero de una fuente, en nuestro intento de cargar con las manos agua a borbotones.

Tus ojos ya no pueden ver lo que la realidad mostró. Pero pueden reconocer lo que se esconde, bajo el celo que han guardado los años. Es otro tiempo, el que lo ha puesto en nuestras manos para descifrar su mensaje.