Detalle de trabajos de encuadernación Calero. (Fot. Encuadernaciones Calero)

La belleza de la encuadernación artesanal: Calero

Desde que abriera en 1907 el Taller Calero no ha cerrado las puertas, manteniendo la misma dedicación y cuidado hacia las artes de la encuadernación y la restauración de modo artesanal, conservando y protegiendo el patrimonio documental y bibliográfico. Apoyándose también en nuevas técnicas para fusionar la ciencia de antaño con la vanguardia actual.

Un lugar de referencia en pleno centro de la capital. Calero se encuentra cerca de la Biblioteca Nacional, donde reposan millones de obras imprescindibles para la Humanidad; pues el libro, unidad versada que atesora sabiduría precisa sobre algún tema en concreto, seguirá siendo importante para la historia aún en tiempos de cambios tecnológicos, donde la era de la digitalización ha podido relegar el libro físico a un plano distinto con el dispositivo e-book. Pero quizá la sociedad ha entendido que las dos formas de captación de información son compatibles, ya que se puede disfrutar al mismo tiempo de lo mejor que cada mundo pueda ofrecernos.

Es por esto, por lo que talleres con el gusto de otras épocas, la sabiduría y el buen hacer de establecimientos que nos ofrecen la pervivencia de la artesanía, nos vuelven más libres. Libres en elección, de poder seguir escogiendo el libro físico para nuestro gusto, para nuestra lectura, para observarlo, deslizar sus hojas, valorarlo y admirarlo una y otra vez siempre que queramos. Efectivamente, de esta forma nuestro mundo será más libre, no quedará relegado a una imposición de una determinada manera de entendimiento de lo que nos rodea según las modas o los tiempos.

Si queremos seguir utilizando pluma y tinta para escribir, si queremos seguir revelando en un laboratorio fotográfico con película y ampliadora, si queremos seguir haciendo lo que nos plazca de la forma escogida, es muy bueno tener esas opciones disponibles…  y no ver relegado nuestros deseos a las opciones que marca nuestra era. A muchos nos sigue gustando la estabilidad, la cercanía, la firmeza donde depositar nuestra confianza en un mundo, analógico, menos práctico, no tan lejano, al que hemos conocido tan bien.

Por eso herencias del Ayer como esta empresa Calero, enriquecen la ciudad. Pues es muy valiosa la sabiduría de este oficio que se ha podido atesorar en 114 años ininterrumpidos. Ni la guerra, (no cerró sus puertas ni un solo día durante aquél periodo) ni cualquier clase de crisis han podido acabar con estos  servicios de las artes de la encuadernación. Por eso es muy enriquecedor conocer, o si ya lo hace, un poco más este taller que trabaja a pleno rendimiento en la calle Bárbara de Braganza, 11.

Un local con un ambiente antiguo, se encuentra en Madrid desde época modernista. Y buena cuenta se hace del tiempo observando los materiales que se tienen desde entonces: guillotinas, máquinas de coser, cizallas, volantes… todo este material sigue en uso. Pero este taller ha sabido reinventarse con la vanguardia que requiere nuestro tiempo en un equilibrio perfecto de tradición y modernidad.

Encuadernaciones Calero, guarda muchísimos tesoros, tanto de publicaciones o encuadernaciones joya…  Unos 2.000 hierros de tipografías, adornos o ruedas de ornamentación, sellos de empresa, logotipos  originales de marcas como hotel Ritz, Yves Saint Laurent o Chanel. Un pequeño museo de historia a través de estas artes.

También ha sido proveedor de la Casa Real, embajadas y otras instituciones, tanto nacionales como extranjeras entre otros prestigiosos lugares que han perpetuado el negocio a través de los años, junto a personalidades de muchos ámbitos, como premios Nobel, políticos, actores, directores, diseñadores… y  por supuesto gracias a personas anónimas que han sabido y saben apreciar las obras antiguas, los manuscritos, la cartelería de época que les ha ido llegando para restaurar o haciendo sus pedidos.