Tras las huellas de La Latina
Tras las huellas de La Latina
Beatriz Galindo fue una humanista del Renacimiento español, nacida en Salamanca en 1465. Su destino, en un principio, era el de ingresar en un convento, dada la gran religiosidad de la sociedad de la época y de la educación familiar que recibió. No sería exactamente lo que la historia le tenía reservado a esta sabia mujer. Al cumplir la mayoría de edad y siguiendo sus inquietudes intelectuales, se matriculó en la Universidad de Salamanca. Pronto destacaría en humanidades por sus estudios sobre Aristóteles, teología, también en medicina, pero sobre todo, de la lengua por excelencia de la Iglesia, el latín. A la temprana edad de 15 años, su capacidad para traducir textos clásicos era tal, que pronto se conocerían por todo el país sus grandes dotes lingüistas, hecho que le valió para ser apodada con el sobrenombre de “La Latina”.
Tan grande tuvo que ser la admiración que le dedicaba la sociedad, que su popularidad se extendió rápidamente. A la edad de 21 años y en el momento en el que iba a ingresar en el convento, la mismísima Isabel La Católica, requirió sus servicios como profesora y tutora de sus hijos. Con el tiempo, su dedicación y sabiduría le valieron para tener la confianza de la Reina Isabel, proclamándola camarera mayor y consejera de asuntos familiares y de estado.

Retrato de Beatriz Galindo
En 1491 y siguiendo las indicaciones de la Reina, se caso con Francisco Ramírez de Orena, conocido como “El Artillero”, secretario del Rey Fernando. Tuvieron dos hijos Fernán y Nuflo. Al casarse el matrimonio recibió una dote de 500.000 maravedíes, parte de ellos destinados a acciones caritativas en Madrid. En 1499 fundan el Hospital de la Concepción, más conocido en la época como el hospital de “La Latina”. En 1501 Su marido el “Artillero” muere en combate en las Alpujarras en Granada, en lucha con el último reducto de los mudéjares en España. Tres años más tarde moriría también la Reina Isabel I de Castilla. Es el momento en el que Beatriz se aparta de la Corte, fija su residencia en Madrid y se dedica a su profunda religiosidad, su disposición total a la caridad, continuando las acciones que había emprendido con su marido en la capital.
El interior del Convento y hospital de la Latina
Hubo el precepto real de origen medieval, utilizado en siglos sucesivos, por el cual se fomentaba la creación de obras públicas para fines sociales, como por ejemplo hospitales. Beatriz Galindo y su marido Francisco Ramírez habían comenzado la construcción de un hospital que tenía su entrada por la calle Toledo. Más adelante una vez muerto su marido, Beatriz compró los terrenos anexos (manzana 147 de aquellos días). Las obras del Hospital finalizaron en 1506 y las del convento en 1612. Tras algunos litigios sobre la construcción del convento a los que Beatriz tuvo que hacer frente. La función del Hospital era la de amparar enfermos indigentes proporcionándoles cobijo, comida y sanación. El Hospital para su funcionamiento se organizaba de la siguiente forma: Estaba atendido por cinco beatas, mayores de cuarenta años previamente seleccionadas, se recibían a doce enfermos, en un primer momento hombres y mujeres, más tarde solo se aceptaba la entrada a hombres. Se requería a enfermos que tuviesen enfermedades curables por administración de medicamentos y reposo en el hospital en periodos cortos de tiempo, con el fin de que siempre se tuviese a doce enfermos, tras su entrada y salida del hospital, para garantizarles cama. Entre los asistentes sanitarios: el capellán mayor, un rector eclesiástico, un físico (médico), un cirujano sangrador (barbero), un boticario y un despensero.

Mapa de la Plaza de la Cebada, dónde puede verse el Hospital de La latina. S. XVI
Así fue la disposición básica del Hospital tras su inauguración, pues los siglos sucesivos, empujarían a otros métodos sanitarios y a un dispensario menos “peligroso” que la presencia de un barbero para la cirugía. Conocemos lo que ocurría entre las paredes del hospital, pues tenemos la referencia en 1628 de su buen funcionamiento, escrito por Jerónimo de la Quintana que escribía así:
“Curanse de ordinario doze enfermos seglares, y en sala aparte seis sacerdotes o personas de calidad… Demás desto se sustentan en él, assí en salud como en enfermedad cinco beatas, personas de mucha aprobación y virtud, que acuden al aderezo de la ropa blanca de los pobres, y a darles de comer por su orden, y otros ministerios de caridad. Tiene el Hospital de Puertas a dentro, todos sus oficiales, como Rector, Capellán, Mayordomo, Médico, Barbero y Boticario”

Fachada del Hospital de La Latina. S. XIX (C. Clifford)
El Hospital se cierra en 1718 por falta de recursos económicos, es en el siguiente siglo cuando se vuelve abrir en 1810, subsistiendo con muy bajo presupuesto, en condiciones muy precarias y reduciendo el número de camas. En 1899 el Hospital de la Latina de la calle Toledo, cierra sus puertas de manera definitiva, pues estos terrenos son expropiados, el edificio derribado para facilitar el ensanche de la calle tal como hoy la conocemos. Unos años antes de la fecha de cierre, a mediados del S.XIX se produjo su última consulta, fue de oftalmología, del Dr. López Ocaña, también especialista en enfermedades infantiles. El nuevo emplazamiento del convento (1890-1967) será en otro edificio, situado en lo que sería más tarde la calle Alberto Lista, número 29, haciendo esquina a Velázquez y Núñez de Balboa.
Los restos mortales de Beatriz Galindo se exhumaron para su traslado, descubriendo que el cadáver permanecía incorrupto para sorpresa del pueblo, que pronto pediría su beatificación. En el año 1967, hubo un nuevo traslado del Convento, fue al Goloso. Es en fechas recientes cuando en 2004 se vuelve a trasladar la congregación, dentro de la misma finca donde permanece en la actualidad.
A la búsqueda de su rastro
Hoy en día podemos admirar la fachada y la escalera del Hospital, que se salvó de la piqueta gracias a las Reales Academias de Historia y Bellas Artes que apelaron al sentido común y dieron el valor histórico y artístico que se merecían. Lo curioso es que un siglo después, hoy en día, resulta en ocasiones difícil de respetar y preservar la grandeza del legado del patrimonio que nos rodea. El Proyecto de Juan Bautista Lázaro, (1909) arquitecto del nuevo convento concepcionista, recuerda el pasado arquitectónico del anterior edificio. Si observamos con atención, distinguimos dos zonas: en el extremos izquierdo la puerta de la capilla, y en el derecho la puerta del convento. Según el historiador J. Antonio Gaya Nuño, la portada se desmontó con ánimo de volver a colocarla en la fachada del nuevo edificio conventual, ya que éste muestra en su fachada el esquema de la misma. Es evidente que así no fue y se olvidó durante décadas en un almacén municipal.

Puerta de La Latina. S. XIX (J. Laurent)
Fue en la década de los cincuenta, cuando alguien vuelve a recordar el Hospital. El estudiante de arquitectura Rafael Manzano Martos, es quien se interesa por la puerta plateresca. Así comienza la investigación, con la ayuda de su profesor Torres Balbás sobre el paradero de los restos. Es en un almacén de la calle Santa Engracia, donde la encuentra desmontada y tras un estudio, hacen viable su montaje. En 1958 se consiguió obtener en depósito la portada por parte del Ayuntamiento. Pasó a formar parte del proyecto del Museo Nacional de Arquitectura. Su actual emplazamiento lo encontramos en la Avenida Juan de Herrera 4, Campus de la Universidad Complutense, Facultad de Arquitectura. Para visitar la Puerta, no hay ningún problema, pues se expone públicamente en la entrada del edificio, de manera exenta, en el parking de la facultad en horario lectivo.

Puerta del antiguo Hospital de La Latina (Fot. Paradas con Historia)
En 1984 fue declarada Monumento Histórico Nacional, centrándose en el entorno de la Facultad de Arquitectura. Se ha solicitado el cambio al original emplazamiento, pero el Ayuntamiento no lo consideró oportuno desestimando su traslado en 2004. También posee el distintivo de Monumento Histórico Nacional un fragmento de escalera gótica isabelina. Se encuentra en la actualidad en La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en la Plaza de la Villa, 2. Para su visita, se tiene que solicitar una cita previa.

Escalera del Hospital de La Latina S.XIX (J. Laurent)
La escalera, de piedra blanca caliza, obra del Maese Hazán, muestra en su labrado las formas vegetales y zoomórficas, arquerías y en arcos ojivales, rematándose en sus extremos por pináculos, constituyendo el conjunto gótico. Los sepulcros del matrimonio fundador del Hospital encargados en vida, no se llegaron a utilizar, también se conservan. De estilo renacentista, de un solo cuerpo, en alabastro, se exponen en el Museo de los orígenes en la Plaza de S. Andrés, 2 se puede visitar; de martes a domingo y festivos de 9,30 a 20 horas.

Escalera del antiguo Hospital de La latina
Centrándonos en el estudio de la Portada del Hospital de la Latina y según el texto del historiador J. Antonio Gaya Nuño en “La arquitectura Española a través de sus monumentos desaparecidos” (Espasa-Calpe 1961) La obra la atribuye al artista Hispano musulmán Hazán. La describe así;
“La bella portada, típica muestra del mudejarismo que afectó a nuestra última arquitectura gótica, era de arco de herradura apuntado, con gran dovelaje, muy ricamente decorado el intradós con bolas y cardinas. Sobre el arco, dos blasones, una imagen de monje, otra de salvaje, y, en el centro, bajo doselete, un grupo en alto relieve figurando la Visitación. Encima, ventana, y todo ello incluido en alfiz articulado, que se decoraba con el cordón franciscano y acantos cuadrifolios. Bajo el grupo de la Visitación, leyenda en letras capitales, que rezaba: ESTE HOSPITAL ES DE LA CONCEPCIÓN DE LA MADRE DE DIOS QUE FUNDARON FRANCISCO RAMÍREZ Y BEATRIZ GALINDO SU MUJER. AÑO DE 1507”
Esta bella portada, dada su gran repercusión popular e innegable valor artístico, sirvió de inspiración para la arquitectura de diversas construcciones. En Madrid, podemos observar obras como La iglesia de S. Martín de los Navarros (1891); Palacio Bermejillo C/ Fortuny, fielmente reproducida en 1917. Réplicas de la Puerta y la Escalera las encontramos en el Castillo de la Mota, en Valladolid. No solo su popularidad, ni el modelo de arquitectura gustarían de sus formas en Madrid, si no que más allá de lo imaginable, se construyeron obras similares en Estados Unidos, en grandes mansiones de Palm Beach, Florida, en los años veinte del S.XX

La iglesia de S. Martín de los Navarros (1891) (Fot. Paradas con Historia)

Palacio Bermejillo. Calle Fortuny (1917) (Fot. Paradas con Historia)
“Célebre vivirá de gente en gente
con nombre de Latina eternamente”
(La Jerusalén conquistada 1609 Lope de Vega.)

Monumento a Beatriz Galindo. “La Latina” (Fot. Paradas con Historia)
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